Ayudo a resolver problemas de salud y a gestionarlos mejor mientras tanto mediante la psiconeuroinmunología.

Como tantos otros profesionales que nos dedicamos a la salud, yo también empecé siendo paciente. De pequeña fui la típica persona siempre enferma, resfriada al menos tres semanas al mes sin importar la estación del año. Con alergias, problemas de piel, intolerancia la frío y la entonces llamada artritis reumatoide juvenil desde el nacimiento y que hasta la adolescencia consideraron “dolores del crecimiento”. Muy pronto fue obvio que era autista pero entonces no había los medios que hay ahora y nadie me explicó qué podía significar aquello a nivel físico, que implicaciones genéticas podía haber, que más podía aparecer. Nadie me habló de que la metilación y otras partes del funcionamiento hepático podían estar mal, ni que podía tener y acumular fácilmente metales pesados como luego se comprobó. Ni nadie vio la flexibilidad pasmosa que tengo como un rasgo más de los que tengo de Ehlers-Danlos ni me adaptaron la dieta ni me pautaron suplementación adecuada para no desarrollar todos los problemas de salud que tuve: SIBO, anemia, hipotiroidismo, candidiasis, anemia, amenorrea, fatiga adrenal, malabsorción de nutrientes, parasitosis, hiperoxaluria, SII, celiaquía, dermatitis, SQM, cistitis de repetición…

Hace mucho que aquella pesadilla acabó y ahora utilizo los conocimientos que tuve que aprender por el camino para que el tuyo sea lo más corto y llevadero posible.